Hace décadas que el país nipón lidera el ranking mundial de esperanza de vida, con una edad media que ya supera los ochenta y cuatro años. Los primeros análisis superficiales atribuyeron este fenómeno a cuestiones relacionadas con la genética nipona, hasta el momento en que el maestro Kenji Shibuya, de la Universidad de Tokyo, decidió investigar a fondo las verdaderas causas de la longevidad en su país. Los resultados descartaron la biología y apuntaron a factores más relacionados con una política sanitaria sólida, ya que el país nipón ha trabajado intensamente para identificar las enfermedades más letales, desarrollando un plan de prevención muy efectivo para combatirlas.
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