Tener un coche propio implica una serie de gastos que con frecuencia pasamos por alto. El seguro, el impuesto de circulación o el precio del combustible son algunos de los factores que determinan el coste final de poseer un automóvil. Todos estos elementos varían en función del lugar de residencia, ya que el precio de mantener un vehículo propio puede variar notablemente dependiendo de la región o ciudad en la que se encuentre.
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