“La FIFA ha sido muy clara al afirmar que impondrá sanciones deportivas si nuestros capitanes llevan los brazaletes en el terreno de juego”, dijeron los siete equipos en un comunicado conjunto.
Según las normas de la FIFA, los jugadores que lleven una equipación no autorizada por el organismo rector del fútbol mundial podrían recibir una tarjeta amarilla.
Si ese jugador recibiera una segunda tarjeta amarilla, sería expulsado.
Los brazaletes habían sido considerados como una protesta simbólica contra las leyes del país anfitrión del Mundial, Qatar, donde la homosexualidad es ilegal.
La decisión, tras las amenazas de la FIFA, se produjo horas antes de que el inglés Harry Kane, el holandés Virgil van Dijk y el galés Gareth Bale se pusieran los brazaletes en los partidos del lunes. Los capitanes de Bélgica, Suiza, Alemania y Dinamarca también se habían comprometido a llevar los brazaletes en los próximos días.
La decisión del lunes pone de manifiesto la situación política que rodea a la primera Copa Mundial en Oriente Medio, incluso después de que el Presidente de la FIFA, Gianni Infantino, pidiera a las 32 selecciones nacionales que mantuvieran la política fuera del campo de fútbol.