Esta semana, todavía en pleno abril, se prevén temperaturas de más de 30° en gran parte de España, que pueden superar los 38° en ciertos enclaves de Andalucía. La crisis climática —que transformó el verano pasado en el más caluroso jamás registrado en Europa— adelanta de año en año la llegada del calor, un problema general en la Península que afecta singularmente a las urbes. Los expertos advierten de que las urbes deben adaptarse a este contexto con cambios profundos que impliquen más flora y menos asfalto, pero de momento tan solo se dan tímidas medidas e inclusive ciertos pasos contrarios.
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