Los productos más básicos de la cesta de compra, como los tomates, las lentejas, las patatas o el queso, tributaban un 4 por cien de IVA hasta el treinta y uno de diciembre de 2022. Este impuesto se esfumó tras las campanadas, al tiempo que el de la pasta y el aceite se redujo a la mitad (del 10 por ciento al cinco por ciento ). La pretensión del Ejecutivo con este recorte es que caiga el costo de los alimentos ante la embestida de la inflación: si bien el dato general de diciembre modera el aumento interanual al 5,8 por ciento , el incremento de precio de los comestibles prosigue desbocado (un 15,3 por cien en el mes de noviembre). El objetivo del Gobierno semeja cumplirse moderadamente en los primeros días de aplicación de la medida en las principales enseñas, con reducciones de en torno al 4 por ciento en los costos de estos productos, de acuerdo a una comparación de costes de trece productos básicos realizada por EL PAÍS entre el veintiocho de diciembre, un día tras el anuncio del recorte, y este lunes 2 de enero.
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