Leo Messi saludó a sus compañeros, aplaudió a la hinchada y fue al encuentro de Lionel Scaloni. El abrazo que se dieron estremeció a Argentina. A absolutamente nadie se le escapó la complicidad del capitán y el seleccionador de la Albiceleste tras alcanzar la final del Mundial. Aquel emotivo momento en Lusail culminaba la sufrida trayectoria que los dos comenzaron al lado de Pablito Aimar en el banquillo del Olímpico de Berlín en 2006.
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