En “su otra vida”, como llaman sus hijos a cuando no se dedicaba a la comedia, Roberto Moldavsky (1962) tenía un negocio de abrigos en el Once, el barrio judío de Buenos Aires. “Era una persona graciosa para mis amigos, pero gratis, no cobraba entrada para hacer reír. Y por esos devenires de la vida hice un curso de stand up, como para hacer algo que me sacara un poco de la locura del comercio”. Una cosa llevó a la otra, y comenzó a realizar bolos, y le fue a ver gente de la tele, y así hace que hace cinco o seis años Gustavo Yankelevich, uno de los productores más importantes de su país, le propuso trabajar con él: “Esto tiene que ser popular. Vamos a la calle Corrientes”, la gran avenida de Buenos Aires, donde se ubican los teatros más importantes. Hoy, Moldavsky es uno de los cómicos más reconocidos de su país.
“Acá me tienen de viejo, llenando desde entonces todas las funciones y viajando por Argentina y por el mundo. Es casi un mensaje para esa gente que tiene 50 años y…