“Así que esto era un sold out”. Lola Indigo llenó –e hizo sudar– este sábado el WiZink Center de la capital de España con la primera parada de su vira El Dragón Tour. Y lo hizo dando un paso más allá en su poco a poco más consolidada trayectoria desde que en dos mil dieciocho, y tras haber sido la primera expulsada del fenómeno OT dos mil diecisiete, apostase por sacar adelante su propio proyecto con el baile como elemento protagonista y apuntara formas con el que fue su primer fácil, Ya no quiero ná. Desde ese momento, cuenta ya con tres discos en el mercado (Akelarre, La niña y El Dragón) y se dispone a recorrer España con un show que marcha en sí como una celebración muy movida, con una puesta en escena potente y mucha sensualidad.
“Tú a mí me tienes mal, me pones animal. Y ya no puedo con la curiosidad, de que me toque scon la luz apagá”, empezó entonando Lola Indigo tras salir del cascarón del huevo blanco gigante que encabezó el escenario en su comienzo. Y junto a ella, la banda y los diez bailarines con los que arma su propuesta. El tema, Animal, incluyó el primer dance break que anticipó lo que ocurriría en todos y cada uno de los posteriores: el público se entregó con euforia a las cañeras coreografías.
Siguió con Para olvidarme de ti, en la que mostró que la iluminación y la realización en riguroso directo iban a tener sus propios momentos de gloria –aunque sin llegar ni muchísimo menos al imperio de la cámara de giras como las de Motomami de Rosalía y El Madrileño de C. Tangana–. El cuerpo de baile levantó a Lola Indigo que, tumbada boca arriba y mirando hacia una operador que se encontraba al…