Ryanair y el resto de las compañías aéreas de bajo costo marcan el ritmo de la restauración de pasajeros en los aeropuertos españoles. El pasado ejercicio acabó todavía con un volumen de pasajeros un once,5 por ciento inferior al de hace tres años (treinta y uno millones menos), cuando no había irrumpido la covid, pero con una inercia ascendente mes a mes que no deja descartar absolutamente la posibilidad de que este año se recupere el volumen de pasajeros prepandemia. Si eso ocurre será merced a la actividad de un buen puñado de operadores low cost, que han visto cómo continuaban rasguñando cuota de negocio a las compañías tradicionales, inútiles de aguantar su ritmo. Teniendo en cuenta solo las aerolíneas con más de un millón de pasajeros (que representan el 88 por cien del total), el bajo coste ha ganado 2,5 puntos en el último trienio y copa el 67,7 por cien del mercado.
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