La entrada al Primavera Sound la capital de España 2023 se ha transformado este viernes –aunque con bastante menos gente– en un episodio de The last of us. Gente corriendo. Grupos de amigas que se abrazan por haber conseguido, por fin, acceder al recinto. Quejas de quienes contaban con poder pasar por el baño y comprarse una cerveza antes de ver a Depeche Mode. Celebraciones tal y como si se acabara de ganar un mundial de fútbol al cruzar las puertas. “Déjate de fotos, que no llegamos”, reprocha un muchacho a su colega. Se ha respirado una mezcla entre hastío, ilusión y cabreo.
“¡Hemos tardado dos horas y 45 minutos en llegar!”, comparten dos jóvenes enojadas a este periódico. “El inconveniente ha sido sobre todo la llegada, pero los que vienen en vehículo lo tienen todavía peor”, agrega una pareja al tiempo que aceleran el paso para llegar al ansiado escenario Santander en el que toca la banda británica: “Tiene pinta de que es hacia el fondo, ¡ya se escucha! ¡Apresúrate!”.
El concierto ha empezado tarde. Concretamente, 45 minutos sobre los que el festival ha avisado únicamente a través de sus redes sociales. Los entusiastas del conjunto han aguardado en los sitios que preciadamente llevaban guardando desde hacía más de una hora delante del escenario, mas no ha habido ninguna proyección en las pantallas que indicara lo que sucedía ni el por qué de la demora. En una respuesta a su publicación en la cuenta oficial del evento en Twitter han informado: “En seguida actualizamos el resto de horarios”. Más de una hora después, seguía sin saberse de qué manera iba a afectar este retraso al resto de artistas.
Precisamente en redes sociales es donde…