El sistema bancario de España es el segundo más expuesto a los peligros del ladrillo, solo tras el británico. Esa es una de las principales conclusiones de un estudio de la agencia de calificación crediticia Fitch. Las primordiales debilidades de las entidades españolas son la prevalencia de las hipotecas variables, lo que puede complicar la situación de muchos prestatarios en un contexto de subidas de los tipos de interés, y el gran peso de los préstamos para residencia sobre el total de activos de las entidades. En la parte positiva, España semeja correr menos peligros inmobiliarios que otros países que han experimentado una burbuja de precios desde la pandemia. Y la agencia estadounidense también destaca el paquete de ayudas para los hipotecados que ha negociado el Gobierno con el sector.
Seguir leyendo