Entre la más clamorosa indiferencia ciudadana, comenzó la madrugada de este viernes la campaña para las elecciones europeas del 9 de junio. La víspera se había celebrado en La Sexta el primer y único cara a cara entre las candidatas de los dos principales partidos, la socialista Teresa Ribera y la popular Dolors Montserrat, con un ínfimo seguimiento: un 3,4% de audiencia, poco más de 400.000 espectadores. El país vive en una campaña permanente desde enero —la sucesión de elecciones gallegas, vascas y catalanas— y ha cundido el cansancio. Ahora los partidos tienen dos semanas para despertar al elector confiando en la fortaleza de sus reclamos. En la izquierda será la alarma por el crecimiento de la ultraderecha en todo el continente. Y en la derecha, la llamada al enésimo plebiscito sobre Pedro Sánchez.
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