El sesenta y dos por cien de los asalariados españoles realizó en dos mil veinte un curso de formación continua financiado por su empresa. Una cifra récord que no solo supone el segundo mayor porcentaje entre los países europeos, después de R. Checa, sino además de esto es el más se ha incrementado en la última década. Ello a pesar de que en exactamente el mismo periodo, la tasa de empresas que ofrece formación continua a sus empleados se ha desplomado. Una paradoja que apunta a la peor calidad de estas enseñanzas.
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