En el mes de agosto, por vez primera en la historia, el coche más vendido en España fue de una marca china. Un liderazgo en el número de matriculaciones que se llevó el modelo ZS de la compañía MG, con casi dos mil vehículos. En un caso así, en su opción de gasolina, mas MG –que en su origen era británica– asimismo comercializa coches eléctricos que, como los de otras compañías del gigante asiático, llegan a los concesionarios a precios más competitivos que los de sus contrincantes europeos. Una rivalidad vía costo que ha hecho saltar las costuras del libre mercado, por el hecho de que no todos y cada uno de los actores de la industria piensan que se esté compitiendo en condiciones de igualdad.
Esa disparidad de criterios ha quedado patente después de que la Comisión Europea haya entrado en acción. La semana pasada, la presidente del Ejecutivo comunitario Ursula von der Leyen anunció que va a abrir una investigación sobre los subsidios que China entrega a sus automóviles eléctricos, cuyos costes son “artificialmente bajos”, lo que golpea la competitividad de los modelos europeos.
“Los mercados globales están anegados…