Los nubarrones se amontonan en el horizonte y la circunstancia se va gastando, mas la economía española continúa dando señales de resistencia. Los últimos datos del PIB apuntan a un mayor desarrollo de lo previsto este año, el uso soporta y los ingresos por impuestos van camino de pulverizar todos y cada uno de los récords: la colecta alcanzó los doscientos treinta y nueve mil setecientos ochenta y nueve millones de euros hasta noviembre, la cantidad más alta nunca registrada y solo a un pellizco —unos 4.200 millones— de la cantidad presupuestada para todo el ejercicio, que ya había sido revisada al alza. Los resultados más espectaculares se dan en el IRPF, que ya ha superado sobradamente la barrera de los cien millones, algo que jamás había ocurrido ya antes, y en el IVA, que roza por vez primera los ochenta millones, conforme el último informe de la Agencia Tributaria, publicado este viernes. En conjunto, los ingresos tributarios crecen al mayor ritmo de siempre y en todo momento, un dieciseis con nueve por cien , aun por encima de los años del bum inmobiliario, y se encaminan hacia un cierre de año que será muy superior al estimado por el Gobierno.
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