
Una de las maldades que casi nunca se cuenta, porque es preferible ocultarla, es que la industria de la inversión se sustenta sobre una estructura sencilla de entender y difícil de demoler: traiga su dinero a nuestra entidad, diversifíquelo en productos que definan su perfil de inversión en función de una supuesta arquitectura abierta que nosotros le ofrecemos, y no se mueva.