Más de cincuenta y siete años de antigüedad pueden tener los trazos recientemente descubiertos en la pared de a gruta de La Roche-Cotard, en el valle del Loira, en Francia, y atribuidos a los neandertales. Al lado de los grabados rupestres hallados hace unos años en grutas de Málaga, Cantabria y Cáceres (datados en más de sesenta y cuatro años), los de la cueva francesa representan algunos de los más antiguos conocidos efectuados por estos homininos que, en Europa, llegaron a cohabitar con los humanos anatómicamente modernos.
Un equipo científico liderado por profesores de la Universidad de Tours (Francia) publican esta semana el estudio en la gaceta Plos One, donde indican que, gracias a la estratigrafía, se podría incluso especular con trazos humanos de más de 70.000 años de antigüedad.
Con este artículo vuelve al centro del debate el asunto de la dificultad cultural de los neandertales, si bien, conforme reconocen los propios especialistas, siga conociéndose relativamente poco sobre su expresión simbólica o artística. Pues si bien se han hallado patentizas de ciertas de sus producciones simbólicas, sus interpretaciones poseen numerosos enigmas.
De ahí la relevancia de este trabajo, en el que Jean-Claude Marquet y sus colegas de Francia, Dinamarca, Portugal, Hungría y Suiza identificaron unas marcas no figurativas dentro de la gruta que pudieron interpretar como registros de dedos humanos que dibujaban “formas deliberadas, organizadas e intencionadas”.
Para llegar a estas conclusiones, los estudiosos hicieron un análisis del trazado, usando la fotogrametría para crear modelos en 3D de estas marcas y poder equipararlas con otras humanas conocidas. Por la forma, el apartado y la predisposición de los grabados, el equipo verificó que se trataba de creaciones hechas por la mano humana.
Entre las razones por las que aún se sabe tan poco sobre la expresión artística de los neandertales, Marquet señala que “en la actualidad hay muy…