La alfombra roja de los Goya suele ser un sitio de celebración, de nervios y de algarabía, pero este año nada fue como se esperaba. La muerte de Carlos Saura, Goya de Honor de este año, unas horas ya antes de la celebración de la gala dejaba a todo el mundo tocado. Se iba uno de los grandes maestros del cine de España, autor de piezas maestras como La caza, Cría cuervos o La prima Angélica. Un director que es influencia directa en la generación de directoras y directivos que, precisamente, este año estaban nominados.
El Saura rural y que desgranaba lo político desde lo íntimo está en Alcarràs; su oscuridad y vaguedad se nota en Mantícora; la mezcla de realismo y lo onírico de El agua… todas y cada una tienen señales y detalles de Saura, y todos ellos han dedicado sus palabras al pasar por esa alfombra roja en la que por norma general responden a preguntas divertidas y hoy han debido enfrentarse a recordar a una parte de la historia del cine que nos deja.
“Es el abuelo de esta generación de cineastas”, ha señalado Carlos Vermú, director y guionista de Mantícora. “Para mí es el mayor referente que he tenido en el cine español. Es así de sencillo, siempre y en toda circunstancia lo he dicho”, ha protegido, “es el último autor de cine sicológico de este país. Él lo decía”.
“Recuerdo que una vez me afirmó que hubo un instante en su filmografía, desde Los Golfos, en el que dejó de hacer cine social, y eso a día de hoy es un tanto controvertido. Para empezar, es el cine de los espéculos, lo que él se refería al cine de lo…