Las factorías han cerrado ya y los dulces llevan semanas en los estantes, a tiempo para las fechas navideñas. De los obradores de la localidad sevillana de Estepa han salido esta campaña 16 millones de kilogramos de polvorones, mantecados y especialidades. Una producción que remonta tras la caída que provocó la pandemia del coronavirus y que trata ahora de digerir los efectos de la inflación.
Como resultado de un año marcado por la guerra en Ucrania y el encarecimiento de las materias primas, los consumidores pagarán hasta un 30 por ciento más costoso los dulces que proceden de un pueblo de 12.000 habitantes en el que una veintena larga de empresas, todas y cada una familiares, dulcifican la Navidad de media España.
“Algunas de las materias primas han doblado su costo y eso hay que reflejarlo en el costo final del producto”, comenta en una entrevista con El Independiente José María Fernández, presidente del Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida Mantecados y Polvorones de Estepa. “La principal preocupación de este ámbito al comienzo de campaña era, sobre todo, que no hubiera inconvenientes de suministro. Y no…
