Todo parece dispuesto para que los dos mayores institutos emisores del mundo, el Banco Central Europeo y la Reserva Federal, empiecen a bajar los tipos de interés en junio tras varios retrasos respecto al calendario inicial. Sin embargo, alguien amaga con interponerse en su camino: la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el cartel sectorial, que con sus repetidos recortes artificiales de producción está elevando el precio del crudo muy por encima de donde debería estar por fundamentales de oferta y demanda. Un factor a que en las últimas se ha sumado otro: los ataques ucranios con drones sobre infraestructuras petroleras rusas, un país que —aunque sancionado por Occidente— sigue siendo clave en el equilibrio petrolero mundial.
Seguir leyendo