Costó casi tres meses pactar la ley de amnistía entre todos los aliados del Gobierno, los ocho grupos con 178 escaños que apoyaron su toma en consideración, pero aún siguen las discusiones técnicas para mejorar su redacción y sobre todo blindarla para evitar que puedan echarla atrás el Tribunal Constitucional o la justicia europea, a la que sin duda recurrirán los que se oponen a esta norma. Una vez admitida a trámite por el Congreso, la proposición de ley, que finalmente solo tiene la firma del PSOE, pero cuenta con el respaldo político de otros siete grupos —Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV, Podemos y BNG— está ahora sujeta a enmiendas. Su presentación aún no es inminente, hay plazo hasta el 15 de enero. Pero los grupos ya están teniendo conversaciones en estos días para tratar de pactar “mejoras técnicas”, el término que usan todos, especialmente para evitar que prosperen los recursos contra ella.
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