No solo han subido los costes energéticos o la materia prima. Las cadenas de supermercados aumentaron el año pasado casi un 6% también sus gastos de personal. Todo en plena escalada de los salarios como consecuencia de la inflación y a pesar de que los resultados crecen por debajo, a un ritmo del 4,7% y de que su margen neto se ha reducido desde el 2,1% al 1,9% de media.
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