Emmanuel Macron se da 100 días para aliviar los ánimos en una Francia en crisis por la impopular reforma de las pensiones, que entró en vigor este fin de semana y comenzará a aplicarse en otoño. En un discurso televisado a la nación, el presidente francés prometió sacar lecciones de la cólera popular que ha provocado el aumento de sesenta y dos a sesenta y cuatro años de la edad de jubilación. Y ofreció a los sindicatos y a la patronal negociar un plan para mejorar las condiciones de trabajo.
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