El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha negado esta mañana que su Gobierno vaya a adoptar ningún protocolo de actuación con las mujeres embarazadas que “pueda suponer coacciones directas” a aquellas que hayan decidido abortar, por lo que “no se obligará a nada a los médicos, ni se obligará a las mujeres embarazadas a nada”; es decir, ni deberán oír el latido fetal ni someterse a una ecografía anticipada en 4D, como dijo el jueves su vicepresidente y aliado de Vox, Juan García-Gallardo. “Ni hemos contemplado ofrecer medidas coercitivas a las mujeres embarazadas, ni vamos a aceptar que el Gobierno utilice a las mujeres para hacer política”, ha dicho en una comparecencia institucional en Valladolid, en lo que supone una desautorización de los planes que el jueves anunció el vicepresidente regional y a una corrección a su consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez (PP). Mañueco ha dicho que los médicos no harán ninguna oferta previa a la mujer y que los servicios de latido y ecografía solo se ofrecerán si la paciente lo solicita expresamente, y no antes. “Tengo claro que alterar este orden puede derivar en coacciones directas o indirectas a las mujeres embarazadas y, por tanto, la Junta nos las va a promover ni a amparar”, ha dicho.
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