La historia reciente de los pensionistas y los asalariados, ya sea del campo público o privado, está marcada por la pérdida de poder adquisitivo. La inflación se ha comido parte de su renta, que ahora vale menos que hace un año. Un zarpazo que, además de esto, ocurre por segundo año sucesivo. La teoría afirma que las pensiones y los sueldos iban a recuperar el terreno perdido este año, pero la guerra de Ucrania y la crisis energética derivada de ella impulsó todavía con más fuerza el índice de costos al consumo (IPC) hasta cerrar dos mil veintidos con un levanta media del ocho con cuatro por ciento , según el dato temporal publicado este viernes por el INE (INE). Un efecto que le ha pegado un nuevo bocado a unas carteras poco a poco más mermadas.
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