Uno de los tropiezos más sonados de la política de vivienda en España ha sido el fomento de la propiedad por medio de la venta de pisos protegidos. Más de 6,8 millones de viviendas se han edificado con alguna modalidad de protección desde mediados del siglo pasado. Esto supone casi el treinta por cien del parque actual de viviendas primordiales, según las conclusiones de un estudio de dos mil dieciocho elaborado por Carme Trilla, presidente del Observatorio Metropolitano de la Residencia de Barna, y el politólogo Jordi Bosch, titulado El parque público y protegido de viviendas en España: un análisis desde el contexto europeo. No obstante, este vasto parque de residencias se ha evaporado. A lo largo de los años, esos pisos han ido pasando a manos privadas.
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