A la vista de que la respuesta a su estrategia fueron 130.000 personas en la calle pidiendo su dimisión, el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha optado por empezar a admitir errores y abordar la necesidad de remodelar el Gobierno Valenciano. Ambas decisiones están encaminadas a centrarse en la nueva táctica: fiar su supervivencia política a la reconstrucción de los pueblos afectados por las lluvias torrenciales que acabaron con la vida de 214 personas y señalar al Gobierno de Pedro Sánchez, al menos, como corresponsable del desastre de la dana.
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