Otra vez semana fuerte de bancos centrales. La Reserva Federal de Estados Unidos ha decidido este miércoles, como se esperaba, una subida de 0,5 por cien en su tipo de interés de referencia, rompiendo la ráfaga de varios incrementos de cero con setenta y cinco por ciento . Mañana jueves es el turno del Banco Central Europeo (BCE) y Banco de Inglaterra (BoE), que habrán seguido muy de cerca las decisiones de su contraparte norteamericana. Muy seguramente —lo vamos a saber pronto— proseguirán la misma pauta y aumentarán sus respectivos precios del dinero un 0,5 por ciento . En los últimos meses, se han vuelto a sincronizar con bastante precisión las resoluciones monetarias, si bien persisten significativas diferencias en los niveles —unos bancos centrales comenzaron ya antes que otros a retirar liquidez—, en las proyecciones macro de sus respectivas economías y en las repercusiones de sus medidas, que explica, al lado de otros factores, la evolución de las clases de cambio que ha sido mucho menos volátil que hace unos meses. Habitualmente solo se mira al género de interés, pero las restricciones de liquidez son también de suma importancia. Las autoridades monetarias aseguran que va a ser más bastante difícil para los bancos obtener liquidez y que va a tener consecuencias negativas en el crédito.
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