Hace un año Nicolás Otamendi estaba preocupado por el asalto que había sufrido con su familia en su domicilio en Lisboa. Los ladrones entraron en su casa, le pusieron un cinturón al cuello para inmovilizarlo y lo llevaron hasta la habitación de matrimonio donde estaban su mujer y su hijo. Los ladrones se llevaron múltiples relojes y dinero en efectivo. «Está superasustado», confesaba poco después su entrenador, Jorge Jesús, que le dio varios días de descanso para que se recuperara.
Pasados 12 meses, el central argentino vive una vida diferente, una de las mil que ha vivido…