El magnate Elon Musk pidió al fabricante de microchips Nvidia que priorizase el envío de componentes diseñados en un primer momento para Tesla hacia su red social X, antes conocida como Twitter, y hacia su ‘startup’ tecnológica xAI, lo que conllevó retrasos en la producción ante la falta de unos materiales valorados en más de 500 millones de dólares (459,4 millones de euros), según ha revelado la CNBC.
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