En 1931, unas elecciones municipales acabaron provocando que España pasase de Monarquía a República. En 2023, eso no sería posible, mas los municipios, como las comunidades autónomas, atesoran competencias con un gran impacto en la calidad de vida de sus vecinos. El discurso público de la precampaña y la campaña electoral ha reducido el 28-M a una especie de referéndum sobre Pedro Sánchez, una suerte de encuesta anterior al plato fuerte: las generales. Mas los treinta y seis con quinientos ochenta y cinco millones de electores citados a las urnas en 14 días no están ensayando. Escogerán los gobiernos de doce comunidades autónomas y ocho mil ciento treinta y uno Municipios. O sea, según la Constitución y los respectivos estatutos de autonomía, un modelo de gestión de la Sanidad, de la educación pública, los servicios sociales, la cultura, el deporte y el ocio, la protección del medio ambiente… Es el voto que decide el día a día, en qué gastan su tiempo los ciudadanos: cuánto tardan en llegar al trabajo desde casa (por el tráfico, por el sitio donde han podido permitirse una vivienda); cuánto en conseguir una cita médica…
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