La maniobra no es fácil pero solo hay una cosa clara: debe salir. Los hombres más cercanos al presidente Pedro Sánchez llevan varios días dándole vueltas al plan más complejo al que se ha enfrentado el líder socialista en su larga historia de giros imposibles y resistencias inesperadas: buscar una pista de aterrizaje para que Junts pase del no a casi todo al sí a la investidura. El recuento del voto en el extranjero se saldó con la pérdida de un escaño del Partido Socialista Obrero Español en favor del PP y, por tanto, no vale solo con que los fieles de Carles Puigdemont se abstengan.
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