Paul Simon vivió el enorme esplendor de la canción americana desde sus orígenes, siendo testigo y protagonista desde que apenas era un adolescente, cuando comenzó cantando con su colega del instituto, Art Garfunkel. Los dos pusieron banda sonora a los años 60, sosteniendo el mano a mano con los Beatles, los Rolling, los Dylan y compañía. En los setenta, Simon alzó el vuelo a solas con álbumes que han pasado a la historia de la canción americana como Graceland o Still Crazy After All These Years. Optando por una situación de sencillez y discreción, ha visto nacer y caer a tantas estrellas como las que pueblan hoy las cimas del éxito, manteniendo un estatus de historia legendaria difícilmente alcanzable por cualquiera de los que compartieron su tiempo.
Su nombre está tan ligado a la canción americana como los de otros grandes cantautores como Neil Diamond, Bob Dylan o Leonard Cohen. En verdad, uno de los grandes compositores y renovadores de la música contemporánea, Philip Glass, no tiene ningún reparo en aseverar que Paul Simon muy probablemente sea el más grande escritor de canciones de nuestro tiempo.
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