Pedro Sánchez ha bajado un poco este martes el nivel de tensión entre el Gobierno y el Tribunal Constitucional, pero sin reducir un ápice la gravedad que el Ejecutivo atribuye a la situación y, sobre todo, con un mensaje claro: el Gobierno tomará “cuantas medidas sean necesarias” para proseguir adelante con su intento de desbloquear la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Constitucional. En un tono más suave que el de otros portavoces y miembros del Ejecutivo, Sánchez ha comparecido el día una vez que el tribunal de garantías acordara suspender precautoriamente, por primera vez en democracia, una votación en el Parlamento: la de dos enmiendas con las que el Gobierno pretendía desbloquear la renovación de ambas instituciones. Y ha rematado el mensaje que ya apuntó ayer de noche Félix Bolaños: el Ejecutivo acata, aunque no comparte, la resolución del Constitucional, de la que culpa al PP.
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