Una Alemania en la que producir metales para otras industrias en fábricas siderúrgicas donde no se emite apenas dióxido de carbono. Este es el objetivo al que quiere dirigirse el gigante grupo industrial germano Thyssenkrupp. Sin embargo, su negocio del metal, lejos aún de ese ideal, representa hoy un quebradero de cabeza por las pérdidas millonarias.
Este miércoles la firma con sede en las vecinas ciudades del oeste alemán de Essen y Duisburgo explicaba que en sus cuentas de este año había ya pérdidas netas por valor de 2.072 millones de euros. Miguel Ángel López Borrego, hijo de españoles criado en Fráncfort y CEO de Thyssenkrupp, se veía obligado a rendirse a la evidencia. “Para decirlo sin rodeos, no estamos ganando suficiente dinero”, dijo López Borrego en la presentación de los resultados de la empresa que protagonizó.
Las consecuencias de este agujero en la cuentas de la compañía las está pagando ya España. La filial ThyssenKrupp Galmed comunicó al comité de empresa su intención de cerrar la planta ubicada en la localidad valenciana de Sagunto, especializada en productos de galvanizado, en la que actualmente trabajan unos 120 trabajadores….