Calla, chaval, que empieza “el parte”. Fue uno de los términos que dejó la dictadura, no tan lejana, en millones de hogares. Era la forma en la que nuestros abuelos se informaban, de forma parcial, claro. Casi medio siglo después de la caída del franquismo el país es muy diferente, pero la costumbre es que la mejor forma de informarse sobre lo que ha ocurrido en el día es el telediario de las 21 horas. Las televisiones lo asumen y compiten por la calidad, salvo excepciones, porque de todo hay en la viña del Señor.
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