Se podría decir que Gerard Piqué y su socio Ibai Llanos han creado un gigante del espectáculo. Se podría llamar una suerte de futbol con sorpresas, mas que tal y como se concibe el deporte, está lejos de ser algo similar. Cartas sorpresa para introducir más dinamismo, tantos que valen doble o dueños de clubes que sueltan improperios de incierto gusto son algunas de las bazas de la Kings League para atraer al nuevo público joven que se pasa las horas fallecidas cerca de las pantallas.
Tras un lleno absoluto del Camp Nou en el tercer mes del año, el segundo split aterrizó en la capital española. Concretamente, era el Civitas Metropolitano la sede que se escogió para conocer el equipo nuevo campeón del cuadro masculino y, también, se estrenaba el femenino por vez primera de la reciente historia de la Kings y Queens League. A lo largo de semanas, la campaña de marketing hizo su trabajo y las redes sociales, marquesinas y medios de comunicación anunciaron a bombo y platillo el espectáculo. Pero esta vez, Gerard Piqué pinchó en hueso y las imágenes del recinto blaugrana nada debían ver…