“Mi pareja tenía covid y, aunque dormí con ella, yo no lo he pillado”. Esta frase la dice Ana, de 37 años, pero se repite una y otra vez con múltiples variaciones: hijos que no contagian a sus padres, abuelos a sus nietos, o contactos estrechísimos sin transmisión aparente. Pese a ser un patógeno sumamente infeccioso, el SARS-CoV-2 no es infalible. Múltiples razones, algunas seguramente por descubrir, explican por qué es frecuente que en un mismo hogar sin medidas demasiado estrictas haya quien enferme y quien no dé positivo.
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