Las sanciones de los países occidentales que prosiguieron a la invasión de Ucrania han hecho que a Rusia le resulte imposible importar las cosas que necesita. Los inversores extranjeros se sostienen distanciados de la ciudad de Moscú, miles de personas pertenecientes a la elite del país han emigrado y el costo de su principal producto de exportación, el petróleo, se ha hundido. La guerra del presidente Vladímir Putin lo que ha conseguido por el momento es aislar a su país. La gran desconexión de su economía se acelerará en 2023, conforme Moscú se va acercando al modelo económico de Corea del Norte.
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