El PP y Vox han aparcado el trasvase del Ebro, un asunto en el que están radicalmente enfrentados, para acordar “un gobierno estable y fuerte en Aragón”, en el que los ultras han logrado —además de la vicepresidencia primera y dos consejerías— la reforma de la ley trans autonómica, la derogación de la ley regional de memoria democrática y terminar con la “ideología” en las salas, entre otras concesiones.
Seguir leyendo