La formulación de previsiones económicas se asemeja poco a poco más al arte de la adivinación. La pandemia hizo añicos todas las predicciones en 2020; sus múltiples variaciones hicieron tambalear entonces los pronósticos de dos mil veintiuno, y la guerra de Ucrania desbarató los de dos mil veintidos. El año pasado, las previsiones de los principales institutos y centros de estudios resultaron ser nuevamente muy optimistas en comparación con desarrollo de la economía de España. Específicamente, estuvieron 6 décimas sobre el avance real del Producto Interior Salvaje (PIB), según la Diana Económica de la escuela de negocios Esade. No obstante, la mayor brecha entre los servicios de estudios y la realidad macroeconómica se produjo en los augurios sobre la inflación: el conjunto de las instituciones analizadas por Esade previeron un alza de costes de solo el uno con seis por ciento , frente a la subida del 5,7 por ciento que finalmente registraron.
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