Las horas de Luis Rubiales al frente de la Real Federación Española de Futbol (RFEF) están contadas. El máximo líder del fútbol español se ha ido quedando solo con el paso de las horas desde el instante en que Jennifer Bello pidió el pasado miércoles que se tomen medidas contra él por besarle en la boca sin su permiso durante la celebración del mundial. Los clubes de fútbol primero y las federaciones territoriales después han ido retirando durante este jueves el apoyo a Rubiales, soledad a la que hay que sumar el rechazo a su figura de otros estamentos del mundo del futbol y la presión del Gobierno para que dimita. Hasta la FIFA anunció que le ha abierto un expediente disciplinario. Rubiales mantiene la convocatoria de la reunión para este viernes en la sede de la federación en Las Rozas mas su ambiente ha mandado señales de que podría abandonar ya antes.
En España, varios clubes de Primera y Segunda División, asociaciones de futbolistas, adiestradores, jugadores a título individual o aun una federación territorial –uno de los colectivos en teoría más próximos al presidente– fueron desfilando por los medios o mandando comunicados a lo largo de todo el jueves para afear a Rubiales su comportamiento durante la celebración tras la victoria de España en el mundial femenino de fútbol. Ciertos de ellos le pidieron claramente que deje el cargo y muchos anunciaron que no asistirán a la asamblea extraordinaria convocada para este viernes en la Ciudad del Futbol de las Rozas (la capital española), sede de la federación. La fotografía, que Rubiales había dispuesto para reforzar su posición con el apoyo cerrado que aguardaba recibir, ya no va a producirse. Y la cita corre riesgo incluso de…