Las emociones del Gran Premio de España se agotaron el sábado. Tras una clasificación donde Carlos Sainz fue segundo y Fernando Alonso aspiraba a la remontada, la carrera del domingo -siempre bajo amenaza de lluvia- se presentaba como una de las citas en las que algo distinto podía acontecer. Nada de eso se cumplió, el agua jamás llegó y el ritmo de los Mercedes y de Red Bull condenó a Sainz y a Alonso al quinto y al séptimo puesto.
La salida dejó que los más de cien presentes en el circuito de Montmeló vibrasen con los ídolos locales. Sainz se puso en paralelo con Verstappen estuvo a punto de liderar; no obstante, el que fuera su compañero en Toro Rosso sacó los codos e hizo entender a Carlos que no iba a ser posible. Este fue el único instante de cierta tensión de Verstappen, que redondeó su victoria con la vuelta veloz.