Su equipo lleva semanas preparando la investidura en conversaciones discretas con los partidos independentistas, mas Pedro Sánchez ha iniciado este martes, después de recibir el encargo del Rey, su ronda oficial de negociaciones. Y lo ha hecho sin pronunciar la palabra amnistía, mas apuntando claramente hacia ella al decir que “hacer política implica generosidad” para dejar atrás definitivamente el procés. Por si había dudas de que, sin mentarla, estaba hablando de la amnistía —la medida que ponen Junts y ERC como primordial condición para respaldar la investidura—, Sánchez ha afirmado que cualquier acuerdo que se alcance en la negociación “será transparente, deberá ser refrendado por las Cortes y, además, se tendrá que vocalizar el Tribunal Constitucional”. Esto es, se habla de una ley de amnistía que deberá aprobar el Congreso por mayoría absoluta, y que el PP recurrirá al Constitucional, que tendrá que dictaminar sobre ella.
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