Pedro Sánchez ha sido muy duro con Rusia frente al presidente chino, Xi Jinping, el aliado más esencial de Vladímir Putin y ha defendido el plan de paz de diez puntos del líder ucranio, Volodímir Zelenski. A la vez, solamente arrancar el encuentro con el líder chino y aún con las cámaras delante, el presidente del Gobierno de España ha pedido a Xi “diálogo” para acabar lo antes posible con “los horrores de una guerra ilegal e injusta”. Xi, mucho más equívoco que el presidente español, ha evitado refererir expresamente a Ucrania, al menos en la parte pública de la asamblea, mas sí le ha dicho a Sánchez que China y España van a “compartir juntos las ocasiones y encarar los retos para impulsar el desarrollo a dos bandas más a fondo, a enfrentar retos, promover el desarrollo y hacer contribuciones a la paz y el desarrollo del mundo”. Esa mención a la paz semeja una evidente referencia a Ucrania, siempre y en toda circunstancia en estilo elíptico chino.
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