La rueda de prensa de Pedro Sánchez en Bruselas a última hora de la noche de este jueves, tras una jornada maratoniana de cima europea, ha dejado clarísimo que el presidente llevaba todo el día siguiendo los sucesos en España y tenía muy preparada una respuesta definitiva no solo contra la oposición sino asimismo contra la mayoría conservadora del Tribunal Constitucional, que a lo largo de toda la mañana estuvo a punto de impedir una votación en el Congreso, algo que nunca había sucedido desde la recuperación de la democracia en mil novecientos setenta y ocho, y que aún podría ocurrir el primer día de la semana, si se bloquea la votación en el Senado prevista para el jueves del paquete de reformas del Ejecutivo que cambia el delito de sedición, rebaja el de malversación cuando no hay lucro, y retoca las leyes del Poder Judicial y del Constitucional para desbloquear la renovación de este último.
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