Jamás lo habían visto antes. Como arqueólogos, lo suyo eran los restos de tiempos muy lejanos. Desenterrar cuerpos y elementos con pasado y valor histórico mas sin sentimientos ni dolor presente. De la Edad de Bronce, del Neolítico ya sólo se busca ciencia y ansias de saber. Mas aquella primera vez en El Bierzo (León), en 2002, descubrieron que sería diferente, que exhumar restos con tiempo reciente, con memoria rota y con pena latente dolería. “Cuando sacamos los primeros restos recuerdo que nos impactó mucho que junto a nosotros había personas esperando acoger esos restos, familiares que besaban un cráneo, que ponían una flor sobre los restos. Nos impactó mucho”. Desde entonces la secuencia se ha repetido cientos de veces. Casi tantas como cuerpos exhumados durante todo el país, más de cinco mil.
Quien lo recuerda es Juantxo Agirre Mauleón, secretario general de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. Hace dos décadas que la actividad de esta asociación que mayor repercusión mediática ha tenido ha sido la referida a la ubicación y exhumación de fosas con víctimas de la Guerra Civil española que aún no han sido levantadas. La…