Los costes han crecido de forma mareante durante 2022. Si bien la escalda se ha mitigado en los últimos meses del año y España está entre los países europeos que mejor afrontan el golpe, las tasas interanuales difundidas cada mes han sido tan altas (de hasta un 10,8 por cien en el mes de julio, de un 6,8 por ciento en el mes de noviembre) como para trascender al dato. Los usuarios lo han apreciado en su poder adquisitivo: la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) calcula que los salarios de los españoles se dejarán por el camino un 4,5 por ciento de su valor real a lo largo de 2022. La preocupación general en torno a la inflación ha empujado a muchas empresas a abordar una subida de sueldos de sus trabajadores, si bien no lo hagan al ritmo que marca el levanta de los costes. Sobre la posibilidad de un pacto de rentas —el pacto entre patronal y sindicatos a fin de que los salarios aumenten un mínimo de forma general— no hay noticias.
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