Es notable la inflexibilidad con que los bancos centrales están resueltos a subir los tipos de interés. Representando a controlar la inflación, están dispuestos a causar una recesión o a agravarla si se generara por sí sola. Además de esto, reconocen claramente que sus políticas provocarán sufrimiento, aunque no afirman que la peor parte se la va a llevar la gente pobre y marginada (y en E.U., las personas de color), no sus amigos en Wall Street.
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