La mañana es gélida a las afueras de la capital de España. Varios automóviles oficiales azules y grises van atravesando la verja del complejo de La Moncloa en dirección al Edificio del Consejo. La asamblea con el presidente está programada cada lunes a las nueve de la mañana. Es la primera de la semana para el jefe del Ejecutivo y aspirante socialista: los maitines de coordinación electoral entre la Presidencia y el Partido Socialista. Allí se ven las caras los distintos responsables de la campaña (en torno a quince personas), se desmenuzan los datos y se deciden los objetivos, estrategia y agenda. Y se diseña la batalla informativa: el relato de día a día. Comenzando por las apariciones de Sánchez y sus ministras y ministros, que se pretende que salgan en tropel a lo largo de la contienda.
Seguir leyendo